Diario de una yonki I: Cataclismo 1.0

Le dedico esta entrada (o colección de entradas) especialmente a un amigo mío llamado Kaitoren (evidentemente, este no es su nombre real, y no os pienso decir su nombre xD), que siempre se murió de ganas por saber que pasa por la cabeza de un yonki del WoW. Vale, puede que yo no sirva exactamente porque no juego tanto como cabría esperar a un verdadero yonki (a parte de tener pareja, amigos y trabajo, tengo una revista que preparar todos los meses y sigo estudiando... eso me quita mucho tiempo del WoW xDD), pero oye, era lo más cercano que tenía ahora mismo a mano.

De paso, esto va a servir de diario para que yo me acuerde de lo mucho que me está costando subir de nivel al 85 (esto es un infierno). Así pues, empiezo:

Cuando entré en el juego, lo primero que hice fue ver que mis queridos talentos que tanto esfuerzo me habían costado decidir, ¡habían desaparecido! y bueno, que los muy cabrones de Blizzard me habían dejado fuera de Forjaz con la tontería del Cataclismo y mi barrita no era azul, sino morada (¬¬ no quieren que suba de nivel). Total, que yo toda traumatizada y con mi equipo de no-muerta heredado de ICC, me doy una vueltecita por Gnomeregan (que triste lo que han dejado, eso no es ciudad ni nada, pero da igual, ¡Ya los hemos largado de Forjaz! me siento como una madre cuando su hijo se va de casa a los 40 años) y nada, pues pienso ¿no era Ventormenta donde sale Alamuerte en la pantalla de carga? ¡Vamos a verla!

Y Ventormenta sí que ha cambiado, un poco, no mucho, pero ahora tenemos un príncipe que ya no es un niño. Aunque eso sí, se parece un pastizal al príncipe Edward de la película "El príncipe y yo". Para prueba, un botón:

En ocasiones veo príncipes...

Seguí el camino de la exclamación amarilla y acabé en el Monte Hyjal donde me quedé maravilla al ver que el depravado de Archimonde no le había hecho nada (aparentemente) a Nordrassil. Ya sabéis todos la perra que tenía con el jodío árbol del mundo en CoT 3, es lo que tienen los Eredar malos y gigantes... que se obsesionan porque no encuentran a nadie de su tamaño y se sienten solos.

Y nada, la noche y mi nuevo camino comenzó en Hyjal, como ya os he comentado y que próximamente detallaré un poquito más (porque he hecho fotos, ¡muchas fotos! xD), pero llegué y mi casi tocalla Ysera (otro de mis nicks es Ysora, así que podéis ver que los de Blizzard me han plagiado vilmente el nombre y para no pagar los derechos de autor le han cambiado una letra xDD) ya me enmierdó a trabajar para recuperar el Monte Hyjal. No me quejo, la música de allí me mola, pero eso sí, los bichos tardan en morir la vida entera. ¿Qué se han comido toda una caja de petit suisse? anda que no, con mi sacer tardo la vida en matarlos en la especialidad de sagrado xD

Total, que logró ver que no se han quebrado mucho la cabeza con el diseño de Ysera, que es el mismo que el de Alexstraza (o como se escriba) pero tuneado y con cuernos. Sin embargo, el ambiente de tranquilidad y la furia Greenpeace, digo, Cenarion, te invita felizmente a hacer las misiones.

Dejo la entrada del post de mis aventurillas para escribir otro luego más tarde subiendo las fotos, pero como adelanto: ¡Jossy rescata ositos! misión que me ha dejado toda loca, me ha encantado xD; la tortuga gigante a la que no llegaba ni al tobillo y el nuevo nombre de Josslyn, ahora no se llama Joss, se llama ¡Josslyndamus!