Diario de una yonki II: mi chalet en la sierra de Hyjal

Pues nada, como ya decía en la entrada anterior, comencé mi andadura de la dura labor de subir a nivel 85 en Monte Hyjal. Esta zona, situada en Kalimdor, es nueva para la expansión y la verdad es que ya la conocíamos por la mazmorra de raid de 25 de la Burning Crusade en la que teníamos que salvar al árbol del mundo, Nordrassil, de Archimonde. No guardo un cariño excesivo por esta mazmorra, ni siquiera por el jefe, porque cuando uno va a matar a un jefe no puede ser después de estar 7 horas de raid y por cojones. La gente tiene que descansar, y es normal que no se tire 8 y 9 horas en el juego muriendo una y otra vez delante de Archimonde. Pero bueno, como esto es cosa del pasado y sobre cabezonerías no puedo ser la primera que tire la piedra, lo voy a dejar como simple anécdota el hecho de que Archimonde fuera uno de los jefes más difíciles de toda la Burning Crusade, incluso más que Illidan, que era un blandito.

Total, que primera vuelta por Hyjal cortesía de Vuelo Esmeralda SA y mira tú por donde que me encuentro la reunión perfecta, Alamuerte con Ragnaros.

¿qué hace un dragón con un elemental de fuego gigante? nada bueno desde luego.

¡Pero si yo había matado a Ragnaros en Núcleo de Magma! Pues nada, ya podéis ver que el Raid no funciona como siempre y no los mata bien muertos...

Me deja aparcada el dragón al lado de Ysera, que me pone al día de como están las cosas: necesitamos la ayuda de Malfurion, que después de una siestaza de más de 7 años, se ha dignado a despertarse. Vamos, que Tyrande puede estar contenta, va a volver a mojar (si yo hubiera sido ella, me hubiera quedado con Illidan, porque éste a la primera de cambio la deja por irse a la cama con... el osito de peluche y la manta, a dormir el sueño esmeralda, el otro sólo tenía cuernos, patas de cabra y unas alas demoníacas, nada raro que no tenga Malfy también, sólo que sus cuernos son de ciervo, sus patas de oso y sus alas de pájaro...). Nada, le hago unas misioncejas en plan mata a 50 bichos de este tipo para que te suelte 1 objeto, y vuelvo para que me diga "Oye, Joss, que me lo he pensado mejor, que necesitamos la ayuda de los ancestros y ya que estás...". Y ya me tienen a mi entre Ysera y Malfurion Hyjal arriba, Hyjal abajo buscando a un lobo, a una Gamera y a una tía alada, y así durante más de 117 misiones. ¡Yupi!

En fin, que mientras me tienen de arriba y abajo, los demás druidas Greenpesianos, muy majos todos ellos, me tienen de chica de los recados para poder reforestar el bosque o ¡para salvar ositos! ¡GENIAAAAAAAL!

¡Qué se me caeeeeee....

Resulta que los pobres se habían asustado por el fuego y habían trepado a un árbol, y tenías que trepar al árbol (Joss usa sus uñas de los pies para agarrarse bien a los árboles, porque sino de qué trepaba con esa agilidad, que yo no la he entrenado xD) y cuando los cogías, ir a la copa del pino, y lanzarlos sobre una colchoneta totalmente adecuada para ello y con todas las medidas de seguridad (esto último, como podéis observar por la foto, es irónico). ¡Más misiones así, please!

Poco después fue cuando rescaté a Tortulla o Tartalla o como se llame, vamos, para que me entendáis, GAMERA, y punto pelota. Aquí en la foto podéis vernos en una bonita foto familiar en la cual Joss es igual de grande (incluso más pequeña) que la uña de su pie.


Sobre los otros dos guardianes, no tengo nada que añadir, total, no pasó nada interesante ni digno de se recordado xD ni le hice fotos ni nada. Pues bueno, después de rescatar a los 3 ancestros me dicen que me tengo que infiltrar en el culto del Martillo Crepuscular, y claro, robo unos papeles que atestiguen que soy una devota seguidora del culto de la llama eterna o lo que sea y va y me cambian el nombre a...

Y sí, yo también opino como la señorita que lo dice con mucho acierto. Total, como todo puede pasar en el Monte Hyjal, es normal que los espías se escondan en las letrinas... y no es la primera vez que pasa, recuerdo que cuando estaba subiendo en Garganta de fuego (creo que era ahí, ya me corregiréis si me equivoco), a eso de nivel 50, te encontrabas con un señor que se había quedado encerrado en el wáter y tenías que buscar la llave. Creo que aún la tengo guardada (miento, han quitado las llaves, pero la tenía xD).

También descubrí que tengo un aura especial que atrae a todo el mundo y que hace que suelte unos discursos que ni yo misma me los creo. Lo mejor de todo de ir siguiendo la historia del discurso que te inventas sobre la marcha según las reacciones del público (si se aburren, tienes que animarlo, si están crispados, crisparlos más, total, para conseguirlo hay que hacer que se peleen xD) y así iba improvisando mi enanilla hasta que conseguí que se liaran a hostias. Muy interesante y productivo.

Pero como último colofón y a modo de puntilla final en Hyjal, hizo aparición uno de los grandes, de los más esperados, de los que ya creíamos que habían pasado a mejor vida, y no, no estoy hablando de Illidan, sino de... ¡Cenarius!, el cual nos dirige para acabar con el Martillo Crepuscular en Hyjal, ayudándonos de los ancestros para una última batalla con el señor del fuego, Ragnaros.

De todas formas, ya os digo, Ragnaros es un jefe de raid, así que parece que su muerte no fue una muerte de verdad, eso o que le vas quitando vidas a Ragnaros como a súper Mario o a Sonic.

Bien, y hasta aquí el segundo post informativo sobre como me ha ido la vida en mi nuevo chalet. Tardé dos días en subir a Josslyn a nivel 82 y en acabar la zona, y tomándomelo con mucha calma, hay gente que lo ha hecho en un santiamén.

Valoración final: las misiones se hacen un poco largas por la estructura repetitiva, pero tiene puntos geniales como Malfurion, Aessina o incluso la aparición del propio Cenarius. Además que Hyjal es una de las zonas más bonitas del juego que he visto en mucho tiempo (junto con Uldum pero ya hablaremos de él más adelante) y se hace muy agradable comenzar por ahí y machacar a los cansinos del Martillo Crepuscular que han destrozado ese vergel precioso.


Nota: 8/10